domingo, 8 de diciembre de 2013

Leyendas de Jalisco

















Aqui dejare las leyendas para que ustedes las puedan leer ATT : Luis Fuentes



La carretera de Mexicaltzingo

Esta leyenda narra sobre la grave penitencia que tuvo que pagar un hombre acaudalado por prometer y no cumplir el pago de una "manda" (exvoto católico).

Cuenta la leyenda que dicho hombre acaudalado, al verse aquejado por una grave enfermedad prometió al párroco y a viva voz ante el altar, terminar de construir la iglesia del pueblo de Mexicaltzingo, si se le concedía la salud.

Cuando su petición fue milagrosamente concedida, el hombre procedió a hacer grandes planes para su obra prometida, pero pronto los olvidó por la alegría de estar de nuevo en buena salud. Al paso de los años, el párroco murió y también el rico comerciante y la obra nunca se vio empezada. Cuenta la leyenda que luego del "novenario" (nueve días de luto y oración tradicionales) de éste último, la gente del pueblo vio varias veces una pesada carreta fantasmal cargando rocas dirigirse a la iglesia y desaparecer dentro de ella.

La gente del pueblo interpretó esto como el alma del comerciante penando por pagar lo que no había hecho en vida.



La tumba de las rosas

Esta leyenda trata de una señora, quien, caminando por el campo tropezó con algo en el suelo. Miró hacia abajo aquello que estorbó su caminar y encontró a sus pies un crucifijo roto. En ese momento lo recogió y lo llevó a su casa, allí lo puso en su sala, llenándolo de flores y de veladoras, y así fue como siempre trató la señora al Cristo roto.

Nunca le faltó ni una rosa y siempre le ponía una veladora. Así llevo su vida hasta que un día enfermó de gravedad. El doctor determinó que no se podía hacer nada. Su familia, triste a su lado, escuchaba como la señora les decía “no lloren, pues el señor me dijo en un sueño que, así como lo recogí y lo llené de flores ahora él llenaría de flores mi tumba y nunca habrá día en que me falten flores como a él no le faltaron”.

Y así fue, la señora falleció y un par de días después comenzaron a salir flores sobre la tumba, pero de una forma peculiar. En vez de crecer y salir hacia arriba, las flores conformaban dos salientes que parecían proteger en un constante abrazo, la tumba de aquella señora. Hasta hoy no hay día en que falten flores en la tumba de esa generosa señora

El puente del diablo
Dice la leyenda que en el pueblo de puente grande, en el estado de Jalisco, durante la epoca colonial, vivía un matrimonio. Don esteban de la garza y su señora esposa. Doña margarita. Ellos, nunca tuvieron hijos, y el marido de la mujer, nunca le pudo dar la vida que de novios le prometió. Cosa que deprimía muy profundamente a don esteban.
Un día, al salir de una cantina, don esteban se topo con otro parrandero que estaba aburrido y sin ánimos de hacer nada. Dicho personaje era ni más ni menos que el mismísimo diablo, quien estaba algo pasado de copas.
En el pueblo no existía puente que los comunicara con sus vecinos de zapotlanejo, así que, en medio de las copas, el diablo le hiso un trato a don esteban, le dijo que el haría un puente que uniera a ambos pueblos en una sola noche, pero que a cambio don esteban le daría su alma. Pero si al primer canto de los gallos el puente aun no estaba concluido, entonces el trato se desharía y el demonio perdería la apuesta.
Don estaban, quien también estaba muy pasado de copas, creyó imposible que el demonio, en aquel estado etílico, terminara una construcción de tal dimensión en una sola noche, así que sin dudarlo, acepto el trato.
Entonces el demonio mando llamar a todos los demonios del averno, y comenzó con la construcción del puente. Don esteban veía cientos de diablitos corriendo de aquí para allá empujando carretillas llenas de piedras y otros mas pegándolas. El puente quedaría terminado en tiempo y forma, según lo dijo el diablo.
Don esteban se retiro triste al lado de su esposa, la cual, al verlo tan acongojado le pregunto que sucedía. Don esteban le conto lo que pasaba, y la mujer, lista como son las damas, ideo un plan para salvar el alma de su marido.
Salió doña margarita al patio de su casa, y comenzó a golpear sus muslos, simulando el aleteo de los gallos, después entono un kikirikiiii tan esplendido, que los gallos de las casas vecinas despertaron y comenzaron a anunciar la madrugada.
En cosa de segundos todos los gallos del pueblo cantaban, anunciando el alba, gracias a la treta de doña margarita.
En el pueblo, el diablo saboreaba su casi seguro éxito. Ya solamente faltaba poner una piedra, y la pondría el diablo en persona. Iba trepado encima una carretilla recibiendo vítores de los chamucos cuando de pronto se escucho el canto de los gallos por todo el pueblo. Entonces el demonio, al ver que estaba todo perdido, se arrojo a las aguas del rio seguido por todo el averno que trabajo en la construcción del puente, dejando tras de si carretillas, palas, cintas métricas, planos y demás enseres de la construcción.
El alma de don esteban se salvo.
Desde ese día, en ese puente existe un hueco, que es en donde iría la piedra que el demonio no alcanzo a poner. Dicen los habitantes del pueblo que si alguien trata de poner alguna piedra en ese lugar, esta se cae al rio.


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