martes, 10 de diciembre de 2013

RELIGIOSIDAD
 
1523 y 1536 estos fueron los primeros en llegar al nuevo mundo para que los indios adquirieran un nuevo conocimiento con economía, política y autonomía social autosuficiente, igualmente buscaban ganar las almas de los indios para fortalecer al cristianismo.

Tomaron como centro de sus actividades la ciudad de Texcoco, por ser el primer lugar a donde llegaron los tres primeros franciscanos: Pedro de Gante, Juan de Tecto y Juan de Ahora, quienes no esperaron el permiso papal. Además, encontraron que en este lugar había un centro de población que contaba con el mayor número de habitantes cercanos a Tenochtitlán y tenía la tradición de ser el lugar donde se educaban los miembros de la clase alta, en la época antes de su llegada.

La labor de misioneros en la Nueva España que motivó a estos tres franciscanos fue ganar almas para compensar aquellas perdidas en Europa con motivo de las luchas de la Reforma religiosa. Los mendicantes se sintieron atraídos a estas tierras al ver la posibilidad de crear un cristianismo ortodoxo, basado en la pobreza y el trabajo como San Francisco de Asís lo divulgó enseñándolo con el ejemplo. Los ideales se centraron en una labor educativa, enseñando oficios a los naturales, guiándolos bajo los objetivos de la reforma de la iglesia, que se había promovido en España desde el año de 1496.


El principal motor de esta reforma fue el Cardenal Ximénez de Cisneros al crear la Provincia del Santo Evangelio, en Extremadura, en 1518, que luego se transformó en la provincia de San Gabriel. Su propósito era establecer un convento donde se practicase una rigurosa vida humilde, esto quiere decir que tenían ropa desgastada, andaban descalzos y dormían en tablas.


Los dominicos

Fueron fundados por el español Domingo de Guzmán en el siglo XI y se distinguieron, al igual que los franciscanos, por su “labor evangelizadora”. El nombre de la orden se basa de un sueño que tuvo la madre del santo cuando estaba encinta: vio a un perro que llevaba en el hocico una antorcha que agitaba sin cesar, dio su interpretación como que el hijo que llevaba en su vientre sería ejecutor de la “luz de Dios” con la que iluminaría y salvaría a quienes lo escucharan, por lo tanto se ha interpretado que los dominicos son “los fieles perros de Dios”.

 Su hábito trata de una amplia túnica de la que cuelga un rosario, un escapulario (tira de tela que se mete por la cabeza para cubrir pecho y espalda) que cae hasta los tobillos, esclavina (capa pequeña que cae a la altura de los hombros) con una capucha, todo esto de color blanco, y para salir, una capa con esclavina de color negro. La tradición dominica cuenta que el hábito fue inspirado por la Virgen María a uno de los frailes; en cuanto a los colores, el blanco recuerda la castidad de los frailes y el negro su vida de penitencia, tal como se aprecia en la imagen de San Jacinto de Polonia.

 En el retrato de Ramón Casaus Torres, quien era catalogado como el juez calificador del Santo Oficio en la Nueva España, puede apreciarse su hábito dominico. De igual forma, las monjas dominicas visten con los mismos colores; y al igual que la rama masculina, el escudo que las distingue lleva una cruz llena de flores de lis con los colores de la orden.

 
Los Agustinos

Aunque llevan el nombre de San Agustín, el gran teólogo de la Iglesia del siglo IV, quien después de su conversión fundó una pequeña comunidad en el desierto, en el norte de África, la orden fue fundada tiempo después en la Edad Media, y sus seguidores se inspiraron en todo lo que predicaba mediante su legado que eran sus escritos.

 Por voluntad del papa Alejandro IV, el hábito que los identifica es de color negro, de mangas, con capillo y esclavina-su significado fue nombrado con anterioridad. Llevan una correa del mismo color cuyo extremo libre cuelga por delante y al igual que el cordón franciscano, esta correa se convirtió en un símbolo de la orden.

 Los agustinos llegaron a la Nueva España en 1533 -10 años después que los Franciscanos- y se distinguieron por sus monumentales construcciones de sus respectivos conventos, como las que aún pueden admirarse en los estados de Hidalgo, como el de Actopan, en cuyas pinturas murales se destacan los santos de la orden vistiendo sus hábitos característicos. Igualmente es de admirarse el relieve que muestra a la Virgen María entregando -simbólicamente- el cinturón de la orden a San Agustín y a su madre Santa Mónica, donde muestra su significado al poder de intercesión que poseen los santos.
 
 

 
Los Jesuitas

La Compañía de Jesús fue fundada por San Ignacio de Loyola en 1540 para defender a la Iglesia Católica del acontecimiento grave que habían provocado las ideas de Martín Lutero, por ello a los jesuitas se les considera como los máximos representantes de la “Contrarreforma”. El nombre de esta congregación fue escogido por el santo anteriormente dicho y sus primeros seguidores, quienes decidieron utilizar el nombre de “compañía” encabezada por un “general”, como si fueran verdaderos soldados en lucha por defender al catolicismo. Para la selección de su escudo decidieron utilizar las siglas del nombre de Jesús en latín, esto es I.H.S. Su vestimenta es diferente a la de las otras órdenes regulares ya que no usan hábito, sino una sotana negra cerrada al frente, como los clérigos, y ceñida por una faja.
 










 
  
 
 

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